En algún momento de la vida, la mayoría de las personas se encuentran con una situación en la que necesitan un apoyo financiero extra. Puede ser para comprar un coche, para una reforma en casa, para hacer frente a un imprevisto o para emprender un nuevo negocio. Es en estos momentos cuando la palabra «préstamo» se vuelve relevante. Pero, ¿no sabes exactamente qué es un préstamo?
En su forma más simple, es un acuerdo entre dos partes: un prestamista que te entrega una cantidad de dinero y tú, el prestatario, que te comprometes a devolver esa cantidad en un plazo de tiempo acordado, sumándole un coste extra llamado interés. Es una herramienta financiera muy común, pero entender sus componentes y sus tipos es fundamental para tomar decisiones inteligentes.
Los componentes clave de un préstamo
Un préstamo se compone de tres elementos principales. El capital es la cantidad de dinero que te ha sido prestada. Los intereses son el coste de haber utilizado ese dinero; se expresan como un porcentaje del capital y se calculan según el tipo de interés acordado. Finalmente, el plazo de amortización es el tiempo que tienes para devolver el capital más los intereses, que generalmente se divide en cuotas mensuales.
Tipos de préstamos: un mundo de opciones
El concepto de préstamo es amplio y se adapta a diferentes necesidades.
Préstamos personales
Estos son los préstamos más comunes y flexibles. Se solicitan para cubrir una gran variedad de gastos, desde unas vacaciones hasta la compra de electrodomésticos. Se caracterizan por no estar garantizados con un bien específico, lo que significa que el prestamista confía en tu capacidad de pago sin necesidad de un aval directo.
Comprender qué es un préstamo personal es el primer paso para muchas personas que buscan un financiamiento rápido.
Préstamos hipotecarios
A diferencia de un préstamo personal, el préstamo hipotecario está destinado exclusivamente a la compra de una propiedad, y la propiedad en sí se utiliza como garantía de pago. Por este motivo, suelen tener un importe más elevado y un plazo de amortización mucho más largo, pudiendo extenderse a varias décadas.
Microcréditos o préstamos rápidos
Los préstamos rápidos son pequeñas cantidades de dinero que se conceden en plazos muy cortos y con una tramitación ágil. Son la solución perfecta para hacer frente a urgencias puntuales o a imprevistos que no pueden esperar. Aquí es donde se sitúa la oferta de empresas como FinJet, que se especializa en ofrecer este tipo de créditos de forma rápida y sencilla.
La diferencia entre un préstamo y un crédito
Cuando te preguntas qué es un préstamo, debes saber que se refiere a una cantidad de dinero entregada en un único pago, que deberás devolver en cuotas fijas a lo largo de un periodo. Un crédito, por el contrario, es una línea de dinero que el prestamista pone a tu disposición, y tú puedes usar la cantidad que necesites, cuando la necesites, pagando intereses solo por la parte que has utilizado.
Un ejemplo claro es una tarjeta de crédito, que te permite gastar hasta un límite acordado.
Préstamos garantizados vs. préstamos no garantizados
Un préstamo garantizado es aquel en el que el prestatario ofrece un bien como aval (por ejemplo, una propiedad o un vehículo). Si no se paga la deuda, el prestamista puede quedarse con ese bien. Los préstamos hipotecarios son el ejemplo más claro de esto. En cambio, un préstamo no garantizado (como la mayoría de los préstamos personales y microcréditos) no tiene un bien específico como aval, y el prestamista confía en tu capacidad de pago.
Entender la diferencia entre ambos te ayuda a evaluar el nivel de riesgo que estás dispuesto a asumir. Elegir el tipo de préstamo correcto para cada situación es la clave para mantener unas finanzas personales sanas y evitar futuros problemas.
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